
Sufrir problemas en las articulaciones es mucho más común de lo que pensamos. Las consultas de atención primaria y las urgencias de nuestro país están llenas de pacientes que presentan dolencias articulares, inflamaciones y patologías como la artrosis, todas ellas relacionadas con la salud y el deterioro de sus articulaciones.
Desde Arama, hemos recogido diferentes testimonios de pacientes que nos cuentan sus problemas articulares, las diversas causas que los han originado, el proceso y hábitos que han seguido o siguen para superarlos y mejorar su movilidad. Y también, su experiencia y resultados obtenidos con la suplementación con el complemento alimenticio Artilane.
Por qué sufrimos problemas en nuestras articulaciones
Las articulaciones son estructuras complejas de nuestro cuerpo formadas por huesos, músculos, líquido sinovial, cartílago y ligamentos, organizados en un engranaje perfecto. Las articulaciones están diseñadas para soportar nuestro peso y facilitar el movimiento corporal.
Cada uno de los componentes de la articulación tiene una función específica, y el desgaste o fractura de uno de ellos afectará sin duda a todo el conjunto y, por descontado, a nuestra movilidad, provocando dolor e incluso incapacidad para desplazarnos cómodamente.
El desgaste progresivo del cartílago: principal origen de los problemas en las articulaciones
Imagínate el cartílago articular como una pieza de tela compuesta de diferentes capas de fibra. Su misión es proteger el extremo de los huesos para que se puedan mover libremente sin friccionar.
Con el tiempo, las fibras del cartílago se van deshilachando por capas, hasta llegar al punto de desaparecer, dejando los extremos de los huesos al descubierto y haciendo que rocen entre ellos.
Llegados a ese punto, el dolor y la incapacitación física son tan inevitables como desoladores. Por eso, es importante que tomemos conciencia de lo valiosas que son nuestras articulaciones incluso cuando somos jóvenes y trabajemos en su bienestar de una manera preventiva.
Hay muchas razones por las que el cartílago se puede desgastar. Cada persona es un caso individualizado, incluso se pueden sumar factores de riesgo que provoquen un deterioro acelerado.
Causas anatómicas o genéticas.
Podemos haber heredado un cartílago articular muy delgado o débil, o una membrana sinovial que no produce la cantidad o calidad correcta de líquido sinovial.
Malas posturas.
Mantener una mala postura durante largos periodos de tiempo, especialmente con tensión, puede llevarnos a problemas articulares sobre todo en cervicales, columna y zona lumbar.
Falta de actividad física, sedentarismo.
La falta de tono físico también puede desencadenarnos problemas de rigidez articular, ya que cuando no se realiza ejercicio, los tendones, músculos y ligamentos rápidamente se acortan y tensan.
Exceso de actividad física.
Aunque el ejercicio, y el estiramiento, contribuyen a reducir el agarrotamiento y a extender la amplitud muscular ¡no hay que pasarse! A veces, si se repite mucho el mismo movimiento o se carga mucho peso, se pueden desgastar prematuramente el cartílago. Esto ocurre en ciertas profesiones y también en el deporte de élite.
Enfermedades.
También pueden causar inflamación articular ciertas enfermedades autoinmunitarias, como el lupus y el síndrome de Sjögren, o las infecciones causadas por virus, así como la gota, la osteomelitis, etc.
Lesiones, accidentes.
Una fractura puede ser el desencadenante de un problema de articulaciones, bien sea por la propia lesión o por provocar el desgaste de la otra extremidad del cuerpo para compensar.
Factores químicos...
como intoxicaciones, cambios hormonales, trastornos metabólicos, etc.
Nuestros pacientes nos cuentan su experiencia. Así detectaron sus problemas en las articulaciones, y cómo lo superaron.
Luis, 41 años | Runner
Hace tres años empecé a notar molestias en la rodilla. Era un dolor punzante que aparecía a los 10, 15 minutos de empezar a correr, y que me impedía continuar, ni siquiera al trote.
Finalmente, cuando acudía al doctor, tras hacerme una resonancia magnética de rodilla, me diagnosticaron la conocida “rodilla del corredor” o condromalacia rotuliana, básicamente un desgaste del cartílago que está detrás de la rótula.
Mis traumatólogos me recomendaron que fortaleciera la zona de la rodilla mediante actividades complementarias de bajo impacto (natación, pilates, estiramientos…) para potenciar la musculatura de los cuádriceps e isquiotibiales, liberando así, la carga extrema en la rodilla.
Mi nutricionista me recomendó además el complemento alimenticio Artilane Classic para complementar y acelerar el proceso de regeneración del cartílago, puesto que los componentes principales de este suplemento alimenticio son el colágeno hidrolizado y el ácido hialurónico presentes en el cuerpo humano, especialmente en el cartílago y los huesos.
Elena. 34 años | Profesional sanitario
En mi día a día, como auxiliar de enfermería, paso muchas horas de pie en una postura incómoda. Por si fuera poco, a veces cargo con mucho peso al desplazar a los pacientes, y es por estas razones que pasaba temporadas parcialmente inmovilizada a causa de mi dolor de espalda.
Sin embargo, al ser un dolor aceptable, solía tomar analgésicos y reducir mi actividad hasta que me encontrara mejor.
Consulté a una colega profesional especializada en traumatología, y me hizo ver los grandes riesgos que estaba asumiendo si no ponía remedio inmediato.
El dolor de espalda te puede hacer entrar en un “círculo vicioso”, ya que, ante un episodio de dolor, dejamos de movernos, generando atrofia de la musculatura de la zona. Entonces, la falta de tono nos desprotege ante cualquier esfuerzo y acabamos sufriendo dolor crónico.
Mi plan para solucionarlo empezó por apuntarme a clases de pilates y tonificación muscular para activar toda la zona lumbar y las musculaturas pélvica y abdominal, que son las que sostienen mi espalda.
También empecé a prestar atención a mi postura corporal durante la jornada, a tomar breves descansos para estirar el cuerpo o descansar de una manera sana y reconduje mi alimentación para estar más activa. Por recomendación de mi colega, empecé a tomar el complemento alimenticio Artilane Forte, a modo de mantenimiento preventivo. Me está funcionando muy bien y creo que, gracias a que he tomado conciencia a tiempo, ahora me siento mucho más fuerte y con ganas de trabajar.
María, 63 años | Yogui
Descubrí el yoga a los 40, y desde un primer momento lo tuve clarísimo: ¡quería practicarlo mientras el cuerpo me aguantara!
El yoga es una gran herramienta para conocer el cuerpo y tonificarlo saludablemente, pero no es un milagro, el tiempo pasa, el organismo se desgasta, y, es más, muchas de las posturas que hace diez años no me costaban apenas esfuerzo, han empezado a resultarme difíciles, incómodas y hasta dolorosas.
Mi punto débil es la cadera, soy demasiado flexible y puedo entrar en un rango extremo de movimiento sin sentir nada, por lo que no soy capaz de protegerme y claro, luego siento dolor.
Al preguntar a mi médico por este dolor y tras descartar lesiones, me advirtió de los riesgos de mi hiperlaxitud ya que hay un borde de cartílago dentro de la parte del hueco de la cadera que, por exceso de actividad, puede llegar a dañarse. Es un tipo de lesión frecuente especialmente en mujeres de mi edad y más jóvenes, que además se agrava con los cambios hormonales durante y después de la menopausia.
Para evitar lesiones que me obliguen a recurrir a la cirugía de cadera, estoy tomando más conciencia de mis posturas, sin llevarlas al extremo y estoy complementando mi alimentación con el complemento alimenticio Artilane Classic que contiene colágeno hidrolizado, una proteína esencial para el correcto funcionamiento de las articulaciones y los huesos.
La detección y la prevención son básicas
Muchas veces, la pérdida o deterioro del cartílago articular no se detecta hasta que el dolor, provocado por la fricción de los huesos, nos crea alerta, y ahí ya es demasiado tarde.
Para evitarlo, los especialistas recomiendan llevar una vida activa, combatir el sedentarismo y el estrés con movimiento, pero evitando la tensión y las presiones articulares constantes, practicar el descanso físico y emocional e incorporar en nuestra nutrición alimentos y complementos alimenticios que nos aporten el colágeno, el ácido hialurónico y las vitaminas que necesitan nuestras articulaciones para su correcto funcionamiento.
Y, sobre todo, ante la mínima dolencia, interrumpir la actividad y acudir a un especialista que nos ayude a diagnosticar nuestro caso de una manera precisa y personalizada.
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FUENTES
https://inforeuma.com/enfermedades-reumaticas/artrosis/
https://www.dolor.com/es-es/para-sus-pacientes/tipos-de-dolor/datos-de-la-artrosis-en-espana
https://medlineplus.gov/spanish/jointdisorders.html