
De forma consciente o no, adoptamos una serie de costumbres que constituyen nuestro estilo de vida. Este comprende las actividades que realizamos a lo largo del día ya sean parte de nuestro ocio o de nuestras obligaciones. Lo cierto es que si echamos un vistazo a nuestra dieta, horario de sueño o actividad física, podemos saber mucho sobre nuestra salud presente y futura.
La consecuencia más habitual de un estilo de vida perjudicial es el cansancio, la sensación de no poder ser capaces de hacer todas las cosas que necesitamos hacer. Y en situaciones más extremas, las malas costumbres pueden pasar factura y provocar patologías que pueden ser graves. Incluso la OMS ha reconocido la importancia de cuidar el estilo de vida de cara a mejorar la salud de la sociedad.
La buena noticia es que nunca es tarde para mejorar y empezar a cambiar hábitos negativos. Vamos a profundizar en la capacidad de nuestras costumbres para influir sobre cómo nos encontramos.
¿Cómo afecta la dieta a nuestra salud?
Existe una manera muy sencilla de comprobar que se está cuidando la alimentación, y es formulando una serie de preguntas: ¿Comemos más o menos de lo que necesitamos? ¿Nuestra dieta es variada e incluye gran cantidad de frutas y verduras? ¿Cuántas veces a la semana comemos alimentos procesados?
La OMS fijó hace años en 5 el número de porciones de frutas y verduras que debíamos comer al día, pero lo cierto es que la propia organización ha revisado este dato dadas las evidencias y nos aconseja comer hasta siete porciones. En peso se estima que serían alrededor de 400 gr.
El resto de los alimentos se deben repartir entre:
- Proteínas, como legumbres, huevos, pescados y carnes frescas (aunque existen pescados en conserva muy recomendables).
- Grasas que tengan un origen saludable, que podemos encontrar en almendras, nueces, avellanas, etc., y aceites como el de oliva.
- Hidratos de carbono: podemos incidir positivamente en nuestra dieta sustituyendo harinas y cereales blancos por su versión integral e incluyendo tubérculos variados.
Aun teniendo esta información, a veces no somos capaces de cuidar del todo nuestra dieta, o la actividad y el estrés que llevamos nos supera. En esos casos puede ser muy adecuado incluir en nuestro día a día complementos alimenticios con nutrientes como los de CoVitality.
CoVitality mantiene en condiciones normales nuestro sistema inmunitario, y lo hace gracias a una composición especialmente pensada para nuestras defensas y microbiota:
- Lactoferrina: se trata de un nutriente que ayuda a mantener buenos niveles de las bacterias probióticas que trabajan con nuestro sistema inmunitario y nos proporcionan protección y beneficios.
- Bifidobacterium lactis BI-04: una dosis adicional del género de bacterias que forman parte de nuestra flora intestinal.
- Selenio: este mineral contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario, además de protegernos frente a la oxidación.
- Zinc: otro oligoelemento que ayuda a las defensas de nuestro cuerpo, protege del daño oxidativo y mantiene el estado normal de nuestros huesos, cabello, uñas y piel. Así mismo, nos ayuda a mantener la visión en buena forma.
- Vitaminas B6 y B12: este par de vitaminas también inciden positivamente en el funcionamiento del sistema inmunitario, y nos ayudan en el día a día disminuyendo la sensación de cansancio.
- Vitamina C: Esta vieja conocida de nuevo ayuda a nuestras defensas y ayuda en la defensa frente a la oxidación de las células. Nos ayuda a sentirnos llenos de energía.
- Vitamina D: este último ingrediente también es importante para mantener nuestro ejército de defensas en forma.
¿Cómo afecta el sedentarismo a nuestra salud?
La actividad física es básica para nuestro bienestar, y nuestro estilo de vida con frecuencia reserva poco tiempo al ejercicio. Intentar encontrar la práctica que más nos guste y se adapte a nuestras capacidades y posibilidades es la clave. Incluso algo tan sencillo como andar puede contribuir a que nos sintamos mejor si le dedicamos el suficiente tiempo.
¿Cómo afectan los malos hábitos de sueño a nuestra salud?
Convivimos con unos horarios de trabajo que alargan mucho la jornada laboral, obligándonos a acostarnos tarde. Intentar adelantar la hora de la cena, separándola así de la hora de ir a dormir, evitar la luz de las pantallas cuando ya estamos acostados y la ingesta de excitantes puede ser clave para un buen descanso.
Otras buenas y malas costumbres en nuestro día a día
Por supuesto, evitar consumir sustancias como el tabaco o el alcohol redundará en una mejor salud. Y no descuidar actividades que nos acerquen a otras personas, ejercitando el músculo socializador, posibilitará que cultivemos relaciones que nos aportan beneficios psicológicos.
No hay que olvidarse de la luz solar: pasar tiempo al aire libre es muy bueno para nuestra salud, pero conviene proteger la piel especialmente en los meses de verano. Y por último, dedicar algo de tiempo a hacer cosas que nos hagan sentir bien o practicar pequeñas aficiones como visitar museos, bailar, escuchar música, hacer manualidades, cocinar o cuidar plantas tiene más importancia de la que pensamos. Nuestro bienestar psíquico repercutirá positivamente en nuestro bienestar físico.
[1] Consumer. “Estilo de vida y salud, ¿hasta qué punto se relacionan?”. Recuperado de: https://www.consumer.es/salud/estilo-de-vida-y-salud.html#:~:text=Seguir%20un%20estilo%20de%20vida,de%20vida%20de%20las%20personas
[2] Naciones Unidas. “Enfermedades relacionadascon el estilo de vida : Una carga económica para los servicios de salud”. Recuperado de: https://www.un.org/es/chronicle/article/enfermedades-relacionadascon-el-estilo-de-vida-una-carga-economica-para-los-servicios-de-salud
[3] Consumoteca. “Qué es el estilo de vida. Lo que dice sobre ti”. Recuperado de: https://www.consumoteca.com/bienestar-y-salud/estilo-de-vida/