El síndrome metabólico, también llamado síndrome de Reaven, de resistencia a la insulina o síndrome X es un grupo de afecciones que juntas, aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes1. Descubre más sobre el síndrome metabólico y qué relación esconde con la falta de Vitamina D.
Qué es el síndrome metabólico
El síndrome metabólico no es una enfermedad en sí misma, sino un conjunto de condiciones que, juntas, incrementan significativamente el riesgo de enfermedades graves como infarto de miocardio o enfermedad arterial coronaria2.
Este síndrome se caracteriza por una combinación de hipertensión, niveles elevados de azúcar en ayunas, grasa en sangre (dislipidemia3) y exceso de grasa abdominal4.
Síntomas del síndrome metabólico
El síndrome metabólico a menudo no presenta síntomas. Sin embargo, hay signos5 que pueden llevar a su diagnóstico por parte del personal sanitario. Se considera el diagnóstico de síndrome metabólico cuando coexisten al menos, intolerancia a la glucosa o resistencia a la insulina con la alteración de otros parámetros6:
Niveles superiores a 150 mg./dl en sangre en ayunas
Obesidad central (zona abdominal)
Presión arterial por encima de 130/80 mm.Hg
Aumento de los niveles de triglicéridos (más de 150 mg./dl.) y niveles bajos de colesterol HDL en la sangre.
Entre otros factores de riesgo relacionados, también se encuentran los antecedentes familiares y étnicos7.
La relación de la vitamina D con el síndrome metabólico
La vitamina D, conocida por su papel en la salud ósea, también desempeña funciones importantes en el metabolismo y la regulación del sistema inmunológico8.
Estudios recientes sugieren una conexión entre los niveles bajos de vitamina D y pacientes con síndrome metabólico. Por el momento, las conclusiones indican que “los pacientes con síndrome metabólico tienen, con mayor frecuencia, déficit de vitamina D, pero este no predice el riesgo de desarrollar síndrome metabólico”9.
¿Tiene tratamiento?
El tratamiento del síndrome metabólico suele constar de un doble enfoque: por un lado, centrándose en generar “hábitos de vida saludables dirigidos al control de la obesidad y la resistencia a la insulina y por el otro, en caso de ser necesario, el tratamiento farmacológico con medicinas para controlar los factores de riesgo”10.
Los cambios en el estilo de vida incluyen:
La adopción de una dieta saludable: priorizando verduras, vegetales, pescados, frutos secos y cereales integrales. La ingesta de carnes rojas y la sal quedaría limitada y se evitaría el consumo de grasas saturadas.
La práctica regular de ejercicio, que junto a una dieta saludable promoverá el déficit calórico y la pérdida de grasa.
Algunos medicamentos, siempre bajo prescripción médica, también pueden ser necesarios para controlar complicaciones asociadas como la presión arterial, los niveles de glucosa en sangre y el colesterol.
Además, dado el papel de la vitamina D asociado a este síndrome, asegurar su ingesta es crucial. Existen caminos diversos para obtener Vitamina D: a través de la exposición al sol, a través de la dieta, incorporando a nuestra alimentación alimentos ricos en vitamina D como pescados grasos, leche y sus derivados, o los huevos.
Los complementos alimenticios ricos en Vitamina D, pueden ayudar a aquellas personas que sufran de malabsorción o cualquier otra patología que les impida obtener de manera adecuada las cantidades necesarias de vitaminas y minerales. Siempre y cuando este recomendado por un especialista sanitario.
La importancia de mantener el nivel adecuado de vitaminas y minerales en nuestro organismo
Mantener unos niveles adecuados de vitaminas y minerales es esencial para nuestro bienestar y salud general. En muchas ocasiones, las deficiencias de estos nutrientes esenciales pueden favorecer la aparición de problemas de salud, así que es importante procurarlas ya sea mediante la dieta o a través de complementos alimenticios en caso de que sea necesario.
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FUENTES
1 García J.N,(s.f) Síndrome Metabólico. Clínica Universidad de Navarra. Recuperado de: https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/sindrome-metabolico
2 García J.N,(s.f) Síndrome Metabólico. Clínica Universidad de Navarra. Recuperado de: https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/sindrome-metabolico
3 Madaria Z. (2018) Factores de riesgo y deporte. Fundación Española del Corazón. Recuperado de: https://fundaciondelcorazon.com/ejercicio/factores-de-riesgo/3172-dislipemia.html
4 Youdim A. (2021) Síndrome metabólico. Manual MSD para profesionales. Recuperado de: https://www.msdmanuals.com/es-es/professional/trastornos-nutricionales/obesidad-y-s%C3%ADndrome-metab%C3%B3lico/s%C3%ADndrome-metab%C3%B3lico
5 García J.N,(s.f) Síndrome Metabólico. Clínica Universidad de Navarra. Recuperado de: https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/sindrome-metabolico
6 Prieto B., Aguirre A., Saldaña J.A, León J.F, Moya A. (2017) Síndrome metabólico y sus complicaciones: el pie diabético. Revista de la Facultad de Medicina (México). Medical News Today. Recuperado de: https://www.scielo.org.mx/pdf/facmed/v60n4/2448-4865-facmed-60-04-7.pdf
7 MacGill M. (2021) Síndrome metabólico: Síntomas, diagnóstico y causas. Recuperado de: https://www.medicalnewstoday.com/articles/es/sindrome-metabolico
8 National Institute of Health (2022). ¿Qué es la vitamina D y para qué sirve? Vitamina D. Recuperado de: https://ods.od.nih.gov/factsheets/VitaminD-DatosEnEspanol/#:~:text=Ayuda%20al%20cuerpo%20a%20absorber,sean%20m%C3%A1s%20propensos%20a%20fracturas.
9 González I., Rojo G., Morcillo S. et al. (2014) Relación entre déficit de vitamina D y síndrome metabólico. Medicina Clínica Vol. 142. Núm 11. Recuperado de: https://www.elsevier.es/es-revista-medicina-clinica-2-sumario-vol-142-num-11-S0025775314X00084-portada
10 Redacción médica (s.f) Síndrome metabólico. Redacción médica. Recuperado de: https://www.redaccionmedica.com/recursos-salud/diccionario-enfermedades/sindrome-metabolico